A ninguno de nosotros nos gusta perder, a nadie le gusta… Las pérdidas son dolorosas, son frustrantes, nos hacen sentir impotentes. Mucho más cuando se trata de la pérdida de un amor.
Muchas veces no luchamos por lo que en verdad amamos, cometemos ese grave error sin siquiera darnos cuenta, recién nos percatamos de lo que sucedió cuando perdemos a esa persona que amamos y estamos llorando, ahora las lágrimas son más amargas todavía porque al dolor se le suma la culpa.
Otras veces no es nuestra culpa, dimos lo mejor de nosotros y aun así ahora estamos sufriendo por un amor perdido. Pero recuerda que a veces el amor de tu vida llega después de un gran error, así que no intentes retener a nadie, quizás el amor que se va deje la puerta abierta para que el verdadero amor llegue a ti.
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