Las ilusiones pueden llegar a ser demasiado dañinas en nuestra vida. Está muy bien tener esperanzas, ideas, planes, más que bien es algo fundamental para que nuestra existencia tenga sentido y podamos vivir motivados y felices. Pero siempre, aunque tengamos pensamientos y sueños altos y en el cielo, tenemos que mantener los pies en la tierra.
Las personas que viven en sus propias ilusiones, mueren cuando se chocan con la realidad. Hay que saber enfrentar la vida real y reconocer los problemas y obstáculos que hay en el camino, no podemos superarlos si vivimos en un mundo de ilusiones donde todo es color rosa y preferimos no darnos cuenta de la verdad que nos rodea.
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