Muchas veces los insultos se definen como palabras desubicadas, con las que se puede ofender o herir a otra persona, es real que el objetivo de un insulto es ofender a alguien más, pero también es cierto que no todos los insultos son palabras, la mayoría de las veces si, pero muchas veces varias de nuestras acciones puede ser tomadas por otro como verdadero insulto y como una afrenta muy grande.
Existen infinidades de formas para ofender a otra persona. Los insultos no tienen limites verdaderamente, y hay aquellos cuya intensidad es verdaderamente muy fuerte. No caben dudas que esto puede ser muchas veces la chispa que desencadene una ola de violencia, de los insultos a la violencia siempre hay un paso muy pequeño y este es el primer paso de lo que puede ser una cadena sin fin de sucesos.
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