Ocurre entonces que los sonidos reales del mundo exterior son trasformados en el sueño por cosas bellas, muchas veces pasa que suena la alarma, pero en nuestro sueño escuchamos o sentimos algo distinto que nos gusta en lugar de la terrible alarma. En los niños este fenómeno se expresa con mucha más calidad, ya que su mente se encuentra en un estado más sencillo y menos entrelazado.








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