Muchas veces no caemos en la importancia real que tienen muchos gestos de lo cotidiano por ser algo que hacemos todos los días y que ya los tenemos incorporados dentro de nuestra constante rutina. Es real que el tedio hace perder el valor que puede llegar a tener un gesto cotidiano como el saludo del buen día por ejemplo.
Es notable la influencia que puede tener un contundente saludo de buen día no solo sobre la persona que se propone a hacerlo sino también sobre el resto de personas que lo reciban. Es realmente magnifico y se nota a simple vista si pensamos en las personas que no saludan nunca el fastidio que nos despiertan, a pensar el efecto contrario. Un detalle para que todos tengamos en cuenta.
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martes, 22 de noviembre de 2016
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