Uno de los gestos más nobles que puede tener una persona es realmente el gesto de pedir perdón. Pero no estamos haciendo referencia a solo decir la palabra, porque entendemos a este gesto como un verdadero cambio en el alma, el de reconocer que algo de nosotros ha estado mal y que esto ha influenciado notablemente sobre otra persona.
Lo real es que cuando pedimos perdón estamos buscando que la otra persona sepa que estamos mal y que hemos aprendido una lección. El pedir perdón no significa que el otro tenga necesariamente que volver a confiar en nosotros, pero es real que es el primer paso para obrar bien y para encaminar las cosas nuevamente.
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martes, 22 de noviembre de 2016
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