Muchas personas no quieren perder su orgullo, pero terminan perdiendo mucho más. El orgullo te puede hacer sentir fuerte, pero nunca jamás puede hacerte feliz, todo lo contrario… Por orgullo puedes llegar a perder a la persona que más amas ¿Y qué ganas?
El amor propio y la dignidad nunca debes perder, pero el orgullo no debes mantenerlo ni un momento.
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