Siempre que pensamos la sabiduría nos encontramos con el dilema de adjudicarla a una forma de ser o simplemente al entendimiento de la experiencia y el conocimiento. Realmente deberíamos plantear que se trata un poco de las dos cosa, porque quien es sabio debe saber actuar y ser, pero a su vez debe tener un conocimiento que respalde sus decisiones.
Los sabios son personas escépticas, que han encontrado un valor lejos de la felicidad, escondido en el entendimiento del mundo y de las personas. Dudan de todo pero a pesar de ello saben que muchas cosas son necesariamente verdaderas y no las cuestionan como también confían plenamente. Es en este sentido que la sabiduría es muy útil.
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viernes, 20 de enero de 2017
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