Hace dos mil años existió un profeta llamado Cristo que tuvo una visión del mundo muy particular y esperanzadora. Gracias a dar el ejemplo con su propia vida y en cada uno de sus actos, Cristo fue capas de hacer llegar a toda la humanidad un legado de amor, de bondad y de solidaridad de unos para con otros. Sin dudas su intención fue la mejor de todas.
A partir de la gran impronta personal y espiritual de esta persona se fundo la iglesia cristiana que desde ese tiempo es una de las principales religiones del mundo. Lo cierto es que la iglesia no es lo mismo que Cristo, como toda institución humana la misma ha cometido errores, lo importante de la fe siempre es recordar el legado de Cristo en si mismo en vida.
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jueves, 22 de diciembre de 2016
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