Ninguno de nosotros es capas de escapar al deseo. Esto es algo inherente a la naturaleza de los seres vivos y muchas veces el mismo se ha propuesto como motor de la vida. El deseo es algo que nos hace querer vivir y cuando se apaga, todo lo demás pierde el sentido. Muchas veces a pesar de que el deseo no pueda cumplirse encuentra nuevos rumbos y nuevos horizontes.
Cuando un deseo no tiene lugar para cumplirse es que sufrimos y ese dolor lo llamamos desilusión. Muchas veces la desilusión viene a partir de una persona de la cual esperábamos algo. Otras veces es algo personal a partir del entedimiento de algunas cuestiones y de ver que mucho de lo que esperábamos que suceda jamas se hará real.
Publicidad
viernes, 20 de enero de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario