Al principio los niños viven esas etapas naturales rápidamente. Parece que nada del exterior influye demasiado sobre el desarrollo común, como si las etapas viniesen predispuestas genéticamente. Pero después la cuestión cambia un poco, la cultura toma partida en la vida de la persona y comienza a determinar las etapas.
En la cultura occidental se ha propagado la costumbre de que las niñas a los quince años de edad comienzan una nueva etapa, una vida de madurez. Es tal el compromiso que tenemos con estas cosas que no las cuestionamos y por ende son ciertas, y las niñas realmente se vuelven más maduras. Es cierto que la modernidad ha extendido varios años la juventud, pero es notable también el salto cuantitativo que dan muchas mujeres ha esa edad tan especial, no son todas por supuesto. Y los hombres ha esa edad no están ni cerca de la madurez, siempre pensado en lineas generales.
Lo cierto es que el momento de cumplir quince años para una joven es un momento más que especial, y debe ser festejado, celebrado, todas las veces que se quiera, de las manera que se pueda, lo único importante es elevar la felicidad y compartirla.












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