Desde el pensamiento popular siempre hemos creído que las personas tenemos la capacidad de conquistar a otras, de enamorarlas, de utilizar técnicas y acciones para hacerlas nuestras, para que nos amen y nos quieran. Y vemos a las mujeres caminar sabiendo que lucen esplendidas y vemos a los hombres buscando destacar.
Nosotros queremos plantear una postura alternativa, no como si fuese la verdad, pero para ver también otras cosas que tal vez estén ahí. Porque realmente creemos que no todo esto es tan cierto. Quien te ve esplendida tiene unos lentes que están adaptados para verte a ti, quien te encuentra interesante esta predispuesto para eso, por lo menos en el amor real, ese que te hace temblar, que no te deja dormir.
Porque realmente el amor es algo que simplemente sucede. Nadie puede enamorar a nadie. A las personas les brota el amor porque si, casi como un capricho. Y si ya te eligió bien por ti. Pero si no has sido elegido, el amor no sucederá allí. Puede que no hayas sido elegido pero a través de la conquista logres un beso, un tiempo, una pasión, pero alcanzar el amor nos parece posible realmente desde ese camino.
La seducción, masculina o femenina, cuales quiera que sea, es una poderosa herramienta invade y controla fuertemente el cerebro pero que jamás alcanza al corazón. Este ultimo es un templa caprichoso que solo se deja llevar por lo que dictamina una energía superior, una fuerza que escapa a la consciencia.
En esta oportunidad tenemos el agrado de dejar una serie de poemas que han sido ese intento vano de otra vez alcanzar el amor.
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viernes, 14 de octubre de 2016
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