Siempre se suele decir que los extremos son peligrosos, que no hay que ser extremista, pero si ha algo nunca se es demasiado extremista, eso seguramente es con ser una persona agradecida.
Muchas veces nos encontramos agobiados por las vicisitudes que estamos viviendo, los momentos y las situaciones no nos despiertan nada, nos vemos envueltos en rutinas muy intensas, al terminar las cosas que tenemos que hacer nos sentimos vacíos y esta emoción opaca otras actitudes de nuestra personalidad, se manifiesta en nuestro contacto con nuestra familia y amigos.
Es en este sentido que comprendemos que hay que ser agradecidos, muchas veces no logramos valorar todas aquellas cosas que tenemos cerca nuestro. A veces se necesita la nefasta comparación con las situaciones de los demás para encontrar un poco de placer en lo que hacemos nosotros, realmente no creemos que este sea el camino pero para muchos funciona y así comienzan a valorar realmente lo bello que tienen tan debajo de sus narices.
Ser en extremo agradecidos no significa caer en un conformismo que no te permita apuntar más alto, pretender crecer siempre por el camino de la bondad, la solidaridad y la honestidad es realmente un destino divino. Ninguna de estas cosas impide el crecimiento personal, por el contrario, lo lleva a un nivel distinto, a un desafió contra uno mismo, a una competencia muy bella e intensa respecto de la persona que somos y en virtud de la persona que queremos ser, con todos los parámetros bien marcado y las señales visibles.
Con el fin de motivar esa gratitud tan alentadora y verdadera es que queremos dejar disponibles algunas ideas más dentro del marco de unas poesias o poemas que hablan de la gratitud.
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lunes, 17 de octubre de 2016
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